martes, 8 de agosto de 2017

Apuntes sobre el origen del Futbol en Honduras

Apuntes sobre el origen del Futbol en Honduras




En 1896, un barco con bandera francesa ingresó a las aguas  de Puerto Cortés, y entre el equipaje de la  tripulación, lo que más había eran balones de  fútbol. Los marinos de dicho barco, en su mayoría ingleses  en sus horas libres bajan a tierra y jugaban entre ellos al fútbol, lo que motivó la incorporación de  hondureños que aprendieron rápido a jugar cuando compartían horas y horas con los marinos ingleses y franceses. A Tegucigalpa el fútbol entró en 1906 por medio del  profesor Miguel Saravia de orígen guatemalteco quien   fue contratado por el Gobierno para que laborara en  la Escuela Normal de Varones. Dos años después de la llegada del guatemalteco Saravia,  en 1908, el sacerdote Padre Nigilia lo introduce en el  Instituto San Miguel que más tarde pasaría a ser un  portento en la práctica del fútbol. En 1912, nació el  Juventud Olímpica en la rama del béisbol y en 1917 un  grupo de jugadores crean lo que hoy se  conoce como Club  Olimpia. Entre 1924 y 1928 que se empezó a ser más  popular, dio paso a la creación de más equipos  en la zona de Puerto Cortés y alrededores. En Puerto Cortés, la "Casa Rolston"  fundada en 1922, fue  el primer patrocinador oficial del fútbol en Honduras.

La primera selección
Participó en 1921 en la celebración del Centenario de la Independencia de Guatemala, la mayoría de los integrantes  eran estudiantes de la Universidad de San Carlos de Borromeo  solo siendo reforzados con el jugador Arístides Raudales Planas "Chorchita". En 1930 ocurre el primer triunfo sobre México:  En Los II Juegos Centroamericanos y El Caribe de Cuba, Honduras  le ganó un gol a cero a México, entre algunos de los integrantes  de aquel glorioso equipo estaban: Alex Talbot, Daniel Bustillo, Alonso Sánchez, Roberto Ramírez, Juan Navarro, Tatino  Galvez, "Gancho" Miselem, Fernando Ferrera, Leto Navarro, Fredy  Hall entre otros. Además de ganarle a México, Honduras se impuso 5 a uno a Jamaica y aunque al final los mexicanos salieron  campeones.
Apuntes particulares sobre las selecciones hondureños

La Selección Nacional de Honduras; ha participado en 11 eliminatorias mundialistas de las cuales unicamente Clasificó a la Copa Mundial de Fútbol de 1982.     Para la Copa Mundial de Fútbol de 1978 en Argentina, Honduras desistió de participar; debido a que debía enfrentar a la selección de fútbol de El Salvador, país con el cual mantenía diferencias limítrofes.    De 1930 a 1958, Honduras no tuvo participación en eliminatorias mundialistas.     La primera eliminatoria mundialista en la que participó Honduras, fue para el Mundial de Chile en 1962.     De 7 Eliminatorias Pre-Olimpícas, Honduras ha clasificado a las olimpiadas en dos oportunidades como campeón de la CONCACAF.   Honduras es la única selección de fútbol Centroamericana junto a la de Costa Rica en Participar en la Copa América CONMEBOL y además es la única selección Centroamericana en llegar a instancias de Semifinales y quedando en el Tercer Puesto en la Copa América 2001 superando a Uruguay en Penales y eliminando a Brasil en Cuartos de Final de dicha competición. Honduras fue el primer equipo Centroamericano en conseguir puntos en una Copa del Mundo ya que El Salvador habia participado en el mundial de futbol de 1970 pero no consiguió puntos.

Participaciones sobresalientes
Desde la creación de la FENAFUTH en 1980,  estos son algunos de los  triunfos más  sobresalientes obtenidos: Campeón de la Confederación Norte Centroamérica y El Caribe de Fútbol CONCACAF en 1981, título que le valió además, participar por primera y única vez en el Mundial de Fútbol de España 1982. Sub campeón de la CONCACAF en 1985, posición que no alcanzó para clasificar al Mundial de México. Después de un letargo en 1991 el fútbol de Honduras volvió a la palestra, ganando tres veces el Torneo de la Copa de Naciones de la Unión Centroamericana de Fútbol UNCAF, un sub campeonato invicto en la primera edición de la Copa Oro, cuarto lugar en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata Argentina, medalla de oro en los Juegos Centroamericanos de 1990 y 1995 así como la clasificación a los mundiales de Qatar a nivel de U-20.

viernes, 23 de junio de 2017

Resistencia indígena: Lempira y otros






Durante el proceso de invasión de España en estas tierras, las mismas fueron llamadas Indias Occidentales, para diferenciarlas de las Indias Orientales, de allí que a los nativos los españoles les denominaran también indios. Indios que como todo grupo humano intentaron defender su gente, cultura y creencias del dominio de otro grupo; podemos hablar entonces de una resistencia indígena a la conquista española. Si bien es cierto el nombre del cacique lenca Elenpira es el único que ha transgredido a nuestra cultura general, no es el único registrado en los anales de nuestra historia. Hagamos un breve viaje por esa etapa de la historia de Honduras:

En 1526, Pizacura, fue el jefe de la resistencia indígena contra las huestes de Hernán Cortés, cuando este realizó su expedición a las Honduras. Habiendo llegado Cortés a Trujillo, se dedicó a pacificar la zona, en donde sólo los pobladores de las provincias de Chapagua y Papayeca aplicaron diferentes formas de resistencia: retirarse a las montañas en una primera fase y el combate posterior. Los chapagua se adscribieron pronto a la dominación española, pero los papayecas continuaron manifestando su hostilidad lidereados por Pizacura quién fue capturado; Mazatl asumiendo el cargo de jefe se negó a rendirse y fue capturado y ejecutado por las tropas españolas. Aunque Pizacura recobró su libertad, su pueblo no corrió tal suerte ya que fueron vencidos y esclavizados.

En 1526, conquistadores al mando de Diego de Salcedo incursionaron en Ulancho el Viejo en busca de las huestes del cacique Benito Señor de Silca. También corrió la suerte de sus compañeros al ser capturado, murió al ser lanzado a una jauría que le dio muerte. Pese a ello, la conquista fue detenida temporalmente en esta parte del país.


1530 fue el año de Copán Galel. Tropas de Hernando de Chávez se enfrentaron a los chortí al mando del jefe supremo Copán Galel y les obligaron a replegarse hasta el actual departamento de Ocotepeque en una resistencia que sólo prolongaría el anunciado final. Cinco años más tarde Francisco de Montejo por entonces Gobernador de la Provincia de Higueras y Cabo de Honduras, envió al capitán Alonso de Cáceres a pacificar a los lencas que mantenían una fuerte resistencia en la zona centro occidental de Honduras. Llegado a fines de 1536, Cáceres emprendió una tenaz lucha que controló la mayoría de las rebeliones exceptuando la del cacique Elenpira quién operaba en Cerquín con más de dos mil hombres. De acuerdo a la probanza de méritos de Rodrigo Ruiz, el bravo jefe fue derrotado en lucha cuerpo a cuerpo, pese a ello la rebelión continuó hasta el año de 1539 en que se dio por pacificada la zona.


Durante muchos años, la existencia de Lempira fue objetada en vista de lo inverosímil que se narraba su muerte, sin embargo la vista del documento encontrado por el Dr. Mario Felipe Martínez Castillo, nos permite conocer la verdad histórica de los sucesos que acaecieron en aquellos días. No se trata de que existan dos versiones sobre la muerte de Lempira: se trata de que se ha esclarecido un mito histórico y la verdad ha salido a la luz, tal como ocurrió y no, como nos la inventaron. 


Elenpira fue un hombre lenca, jefe guerrero de Cerquín, quien fue comisionado por el cacique Entepica para que organizara la resistencia a la penetración española, en 1537, teniendo como base de operaciones el peñón de Cerquín, aliándose con el sub-grupo Lenca de los Cares. Según las crónicas españolas, logró reunir un ejército de 30,000 soldados, procedentes de 200 pueblos. Su ejemplo sirvió para que otros grupos aborígenes se alzaran también en armas en el Valle de Comayagua. Los intentos hispanos por derrotarlo, dirigidos por Francisco de Montejo y su lugarteniente Alonso de Cáceres, resultaron infructuosos.



La versión de la forma en que, finalmente, lograron vencer a Lempira, durante muchos años fue producto de una investigación basada en la obra del Cronista Antonio de Herrera y Tordesillas en su "Historia general de los hechos de los Castellanos en las islas, tierra firme del Mar Océano", también conocida como “Décadas” por ser diez tomos  publicada en Madrid entre 1601 y 1615 en las imprentas de Juan Flamenco y Juan de la Cuesta en cuatro volúmenes, Herrera afirmó que Lempira murió a traición, mientras hablaba con dos emisarios enviados por Montejo, asesinado por un arcabucero montado en las grupa de un caballo. Pero esta versión generaba más preguntas que respuestas. Durante muchos siglos nadie se acordó de Lempira, aparece por primera vez en la “Historia de Centroamérica” de Pepe Milla quién tomó como fuente la obra de Herrera y Tordesillas; posteriormente, los historiadores hondureños del siglo XIX y XX copian literalmente el texto y así se genera la versión generacional que todos conocimos en algún momento sobre la muerte de Lempira: la traición. A continuación, ponemos a disposición la versión de Herrera y Tordesillas sobre la muerte de Lempira:



El Adelantado Montejo, en viéndose pacifico Gobernador de Honduras, quitó los repartimientos a cuantos los tenían por don Pedro de Álvarado, como se dijo, y echó de la tierra todos los indios, que voluntariamente fueron de Guatemala, y trató de pacificar los pueblos que aun no estaban seguros e usó mucha diligencia, e industria como persona de prudencia; y cuando pensó, que toda la tierra estaba con quietud, de que mostraba mucha gloria, como lo había escrito al Vicerrey don Antonio de Mendoza, se levantó un valiente indio en una provincia llamada Cerquín, en los términos de la ciudad de Gracias a Dios, puesta entre Sierras dificultosa para ser conquistada. Este indio, llamado Lempira, que significa señor de la sierra, convocó a todos los señores de la comarca, con los cuales, y los naturales juntó 30,000 hombres; persuadióles el cobrar libertad, siendo cosa vergonzosa que tantos y tan valerosos hombres, en su propia tierra se viesen en la miserable servidumbre de tan pocos extranjeros; ofreció de ser su capitán, y ponerse a los mayores peligros; aseguró, que si estaban unidos sería cierta la victoria para ellos, y prometiendo de seguirle, unos por voluntad y otros por temor, se comenzó la guerra, y mataron algunos castellanos que hallaron descuidados por la tierra. El Adelantado Montejo, sabido del levantamiento, envió desde Gracias a Dios al Capitán Cáceres con algunos soldados castellanos para que pusiese a Lempira en obediencia, el cual ya había mandado fortalecer un peñón muy nombrado que le llamaban Cerquín, y desde allí se defendía con daño de los castellanos, que padeciendo en el sitio, que duró seis meses, grandes trabajos, por haber invernado en campaña, pudiera ser que no acabaran tan fácilmente la jornada, si no sucediera la muerte de Lempira, la cual sucedió de esta manera:"


"Había muchos principales que le seguían en esta guerra, unos contra su voluntad, porque no los tuviesen por cobardes, otros por respeto que tenían a Lempira; y otros hubo que le dijeron que dejase aquella guerra, y tomase por amigos a los castellanos, pues a cabo había de perder; pero el era tan animoso que jamás mostró flaqueza, ni quiso dar oídos a los medios de paz que los castellanos le ofrecían, antes los tenia en tan poco, que desde su fuerte los decía muchas injurias. Visto su mucho atrevimiento, y que no se hallaba modo para aprovecharse de él, el capitán Cáceres ordenó que un soldado se pusiese a caballo, tan cerca, que un arcabuz le pudiese alcanzar de puntería, y que este le hablase, amonestándole, que admitiese la amistad que se le ofrecía; y que otro soldado, estando a las ancas, con el arcabuz le tirase; y ordenando de esta manera, el soldado trabó su plática, y dijo sus consejos y persuasiones, y el cacique le respondía, que la guerra no había de cansar a los soldados ni espantarlos, y que el que mas pudiese vencería; y diciendo otras palabras arrogantes, mas que de indio, el soldado de las ancas le apuntó cuando vio la ocasión, y le dio en la frente, sin que le valiese un morrión, que a su usanza tenía, muy galano y empenechado; cayó Lempira rodando por la sierra abajo, armado de aquellos sayos o corceletes de algodón, basteados, muy provechosos para la guerra de indios, que usan los castellanos. Con esta muerte de Lempira, que el día antes anduvo muy triste, se levantó gran alboroto y confusión entre los indios, porque muchos huyendo se despeñaron por aquellas sierras, y otros luego se rindieron".


"Mucho antes que los castellanos llegaran aquellas partes de Gracias a Dios, los indios tuvieron noticias de ellos, y no por eso dejaban las pasiones y guerras; porque en particular, los de Cerquín tenían por imposible, que se pudiese llegar a donde estaban, por la multitud dellos, y porque primero abrían de pasar por muchas tierra, y vencer muchas gentes, y en especial a los Cares y Potones, aunque entre ellos había guerra cruel, en la cual tenía Lempira tanta fama de valiente, que afirmaron, que en una batalla mató 120 hombres de su mano: y certificaron indios viejos que se tenía por cierto, que Lempira estaba hechizado, o como dice el vulgo encantado; porque en infinitas batallas en que se halló jamás fue herido, ni le pudieron flechar. Era de mediana estatura, espaldudo, y de gruesos miembros, bravo y valiente, y de buena razón, nunca tuvo más que dos mujeres y murió de 38 a 40 años. Y los indios tenían por cierta la opinión, que si no muriera Lempira, Cerquín no se ganara tan presto; para esta guerra se pacificó y confederó con los Cares sus enemigos: juntó los hombres de más de 200 pueblos, y de señores, y caballeros conocidos tenía mas de 2000. Su congregación fue en la Sierra de las Neblinas, en su lenguaje Piraera; adonde estaba una gran pueblación, cuyo Señor era Entepica, que en muriendo este, se dividió en muchos pueblos. Aquí se concertó la guerra, y nombraron por general a Lempira, el cual muchas veces acometió a los Castellanos, a los indios mexicanos y guatemalecas, que andaban con ellos, en los cuales hacia mucho daño, y los suyos le recibían; pero como eran tantos, no lo echaban de ver; Alonso de Cáceres le envió una embajada rogándole, que aceptase la paz, y obedeciese al Rey de Castilla, prometiendo de tratarle bien: fue la respuesta matar a los mensajeros, porque no quería conocer otro señor, ni saber otra ley, ni tener otras costumbres de las que tenia; y cuando no se acertara la suerte de haverle muerto, como se ha dicho, con él se pasara muy gran trabajo". Tomado de: "Historia General de los hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra firme del Mar Océano", (Madrid, 1601), 4 tomos, de Antonio de Herrera y Tordesillas, nombrado primer historiador de las Indias por el Rey Felipe II.


La duda sobre este documento es la siguiente: ¿Cómo podían mantenerse 30,000 indios en la montaña?¿Que comían?¿Como supieron que la bandera blanca significaba paz? Si habían indios obligadamente debieron estar en el campamento mujeres y niños..¿De que iba a vivir toda esa gente?¿Como es posible que un arcabuz con potencia de tiro horizontal de 20 varas lograra disparar a mas de 200 metros diagonalmente vertical?¿En que idioma hablaron para entenderse? Más pareciera que esta crónica está encaminada a hacer ver más heroica la gesta española que la indígena, cosa que sería lógica si el que pagaba por la misma, era el Rey de España.



La verdad histórica, sin embargo, fue producto del descubrimiento de la Probanza de Méritos de Rodrigo Ruiz, quien afirma en ese documento haber dado muerte a Lempira en combate cuerpo a cuerpo, cortándole la cabeza como prueba fehaciente. Las Probanzas de Méritos eran documentos legales en donde un participante de la invasión española solicitaba al rey cumpliera su palabra y en función de los méritos de batalla le diera tierra e indios para que se la cultivasen. Ello implicaba no sólo la declaratoria del demandante, sino también de cuantos testigos pudieran incluirse para dar veracidad a la misma; también debían incluirse cartas de veracidad de los oficiales bajo cuyo mando estuvo el demandante y de autoridades del momento que pudieran dar fé del hecho relatado. Así, Don Rodrigo Ruiz mediante notario, presentó su probanza de méritos con más de veinte testigos en un expediente que contiene un gran volumen de páginas.



Esta pieza documental fue localizada por el historiador nacional Mario Felipe Martínez Castillo, y había sido escrita en México en 1558; está catalogada en Patronato Regio Legajo No. 69, Ramo No. 5  en el Archivo de Indias, en Sevilla y consta de 90 folios (páginas). En él, Don Rodrigo narra los eventos que condujeron a que su patrulla enfrentara las huestes de Elempira y como le mató:



“…Si saben que viendo yo el dicho Rodrigo Ruiz lo que se hacia y estavamos en gran peligro todos los españoles pues era publico que venían todos los naturales de la provincia a darnos guerra y que no podía ser menos que al salirnos del dicho Real para nos volver al asiento de Ciguatepeque como estaba mandado nos havían de matar e tomar vivo algún español por estar como estavamos muchos dellos heridos e malos que no podían pelear, yo el dicho Rodrigo Ruiz como celoso el servicio de su Magestad poniendo en gran peligro mi persona por evitar tanto mal como se esperaba procure entrar en el dicho escuadron de los enemigos con mi espada y rodela y fui a la parte y lugar do estaba animando a su gente el dicho capitan llamado Elempira el que traia vestida y las armas de los españoles que avia muerto y peleando con el le mate y córtele la cabeca la cual por traerla al dicho general recibi muchas heridas ansi en la cabeca como en el rostro con todo lo cual la saque en las manos y nunca la dexe aunque venia peleando y herido de peligrosas heridas de las cuales llegue a un punto de muerte y la cabeca le di al general en sus manos digan lo que saben e vieren para el juramento que tienen hecho y si esto paso ansi en verdad…”(se respeta la ortografía del documento original).


Con base en su contenido, el Dr. Martínez Castillo concluye: "el levantamiento de Cerquín fue totalmente cierto… el Capitán indígena que lideraba a los pueblos de la provincia de Cerquín se llamaba Elempira". Con la muerte de Lempira se consolidó el dominio territorial español sobre la región central y occidental de Honduras y se fundaron nuevos poblados, entre ellos Gracias, en 1539. Fernando Cruz sostiene que: "En Honduras se ha tomado acertadamente a Lempira, un lenca, como símbolo de la nacionalidad. Por falta de investigación histórica y de divulgación de lo que ya se ha investigado, su figura parece abstracta y etérea, a veces revestida de falsos ropajes en otras ocasiones…". Filánder Díaz Chávez lo ha llamado: "guerrero de la dignidad nacional".  Para Roberto Zapata, Lempira "es el pilar de la nacionalidad, porque fue él quien inició las luchas por la libertad y la defensa de Honduras". Sobre el significado del nombre Lempira, Jorge Larde y Larín sostiene que en la lengua lenca, lempa quiere decir "señor" (título de alta dignidad o jerarquía); y era, "cerro o sierra". Uniendo ambos vocablos resulta Lempaera, y haciendo la ligación correspondiente Lempira…Lempira, pues, era indio de pura raza lenca o potona, y tal nombre significa "Señor de la Sierra".Lo cierto es que en el documento referenciado, se nombra a un tal Elempira, por lo que tampoco puede considerarse que el nombre haya sido falso.  (Martínez Castillo, Mario Felipe, Los últimos días de Lempira y otros documentos, Ediciones Nueva Universidad, 1ª. Edición, 1987). 

La credibilidad del documento se da no sólo por ser una relación de méritos hecha ante la Audiencia de México, sino también por la calidad de los testigos que aparecen en el proceso. Comenzaron a ser interrogados el 10 de febrero de 1558, por separado, en secreto y bajo juramento, respondiendo cada uno las 19 preguntas sobre la vida y actuación del declarante.

Hay tres clases de testigos: 1o. Cuatro compañeros del declarante que estuvieron en el sitio donde se dio muerte al Capitán indígena que tenía revuelta la provincia de Cerquín; 2o. Aquellos que estaban en Siguatepeque y le vieron llegar de la batalla con la cabeza del vencido. Aquí está doña Catalina de Maldonado, hija del Adelantado Montejo, que dice textualmente "curó de las heridas al soldado que según le dijo su padre el Adelantado había dado muerte al capitán indígena que se sublevó en la provincia de Cerquín, por lo cual el adelantado hizo regocijo y fiestas porque la gente que estaba sublevada era mucha y ellos muy pocos y con la muerte del capitán indígena todos los pueblos en dos o tres días vinieron en paz"; 3o. Aquellos que no estuvieron presentes, pero oyeron al capitán Alonso de Cáceres y al mismo Adelantado Montejo decir que la pacificación de Cerquín se debió a que “el dicho Rodrigo Ruiz diera muerte en batalla al capitán indígena ELEMPIRA”. "por lo que todos están de acuerdo en que fue este declarante y no otro el que llevó de paz a la provincia con la muerte en combate con el capitán indígena que defendía Cerquín”.

Entre estos testigos está Alonso de Maldonado quien fue Presidente de la Audiencia de los Confines en 1542 en la ciudad de Gracias, apenas unos seis años después de la muerte de Lempira.



La probanza de Don Rodrigo Ruiz claramente establece una muerte que no deja lugar a dudas, y sobretodo presenta datos más fidedignos que la de Herrera y Tordesillas. El hallazgo de los informes de Alonso de Cáceres, Francisco de Montejo y los testimonios de la hija de éste solo refrendan la verdadera historia de este héroe indígena.

viernes, 24 de febrero de 2017

LA ESTATUA DE MORAZÁN




LA ESTATUA DE MORAZÁN

 Quienes transitan por la plaza Central y se detienen a observar la estatua ecuestre del prócer unionista Francisco Morazán, no se imaginan la disputa que encierra en cuanto a su veracidad. 
Un 27 de agosto de 1882, el gobierno que presidía Marco Aurelio Soto determinó dejar un legado de obras escultóricas en la ciudad que, aparte de embellecerla, se convirtieran en el tributo que la patria le hiciera a sus ilustres hombres. A parte de la estatua en bronce del paladín destacaba la de José Cecilio del Valle, los bustos de José Trinidad Cabañas y José Trinidad Reyes y el grupo de las Cuatro Estaciones. En sí el monumento de Francisco Morazán fue erigido en 1883, pero fue gracias a que el 27 de agosto de 1882 se realizó la contrata firmada por Ramón Rosa para estas obras, en las que se invirtieron 32 mil pesos centroamericanos”, manifestó Carlos Turcios, director del Museo Casa de Morazán. La fecha es un motivo de celebración y este recinto para festejar este acontecimiento ofrecerá una conferencia sobre el tema. Se informó que la exposición se hará este próximo miércoles y estará a cargo del historiador Rafael Leiva Vivas, quien se ha encargado de desvirtuar en base a hechos las dudas de que la estatua que luce en la plaza central pertenece al prócer.
LEYENDA NEGRA: Convertida en especie de leyenda negra, Gabriel García Márquez repitió el falso argumento de los enemigos de Morazán. Con su delirio de la palabra mágica y resaltando los misterios de la imaginación relató que “el monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney, comprada en París en un depósito de esculturas usadas”. William Krehm, hablando de las desdichas de Honduras, retorció los hechos para situar el origen de la estatua entre la tragedia y la comicidad. Aseguró que “la estatua de Morazán, en la plaza de Tegucigalpa, donde la banda toca los domingos por la noche, no es realmente Morazán, como la inscripción lo indica, sino -cosa extraña- el mariscal Ney. La comisión enviada a Europa en el siglo XIX  para encargar una estatua de Morazán fue consumiendo sus fondos, y se vio reducida a comprar, a bajo precio, una figura ecuestre del mariscal, fundida para una ciudad francesa que luego no quiso aceptarla”. 
Con los años esta fantasía fue tomando la forma de una verdad hipotética y se ha venido repitiendo con desaprensión y colmo del ridículo, sólo comparable a la falsa identidad que se atribuye a los pueblos centroamericanos y el deseo exhibicionista de comparar la realidad con la caricatura. Rafael Leiva Vivas, autor del libro “La Estatua de Morazán”, del cual han sido sustraídos los datos que transcribimos, verificó la autenticidad de la estatua, y explicó a LA TRIBUNA que encontrar la información le llevó cerca de dos años, en los archivos diplomáticos de Paris. “No hay duda”, aseguró. Visitó la Asociación de Escultores, en las afueras de Francia. para consultarles si era posible que un escudo pudiera ser borrado o retirado y sustituirlo por otro, refiriendose al Escudo de Armas de la República que aparece en uno de los costados de la éscultura. “Ellos me dijeron que técnicamente era imposible”, afirmó Leiva Vivas, apuntando que existe otro detalle importante que asegura su autenticidad. “Al pie de la estatua está esculpido un cactus y esta planta no existe en Europa”, apuntó el investigador que tuvo en sus manos el libro donde se registra la orden que el escultor dio al fundador de la monumental obra.



Artículo 130 de la contrata de Durini: “Como adorno de la plaza y para dar mayor realce al monumento, Durini colocará cuatro estatuas de mármol en los ángulos de la indicada plaza. Las estatuas representarán, alegóricamente, los elementos o las estaciones del año”.



Historia de la Contrata
El pueblo salvadoreño fue el primero que tributó homenaje al prócer centroamericano. De ahí que la contrata la firmó el gobierno de El Salvador y con el ingeniero norteamericano Francisco A. Durini, el 4 de octubre de 1880, para hacer construir en Génova dos monumentos de mármol del benemérito general Francisco Morazán. La principal para ser colocada en el centro del parque mandado a construir con el nombre del héroe y el segundo en el centro del panteón general. La estatua monumental del general Morazán, había sido concebida por el presidente hondureño Marco Aurelio Soto, según decreto del 27 de agosto de 1882. Para su cumplimiento se suscribió una contrata el 29 de julio del mismo año entre Ramón Rosa, en representación del gobierno de Honduras y Durini. Por esta contrata Durini se comprometió a hacer construir en Italia, y colocar en el centro de la plaza principal de Tegucigalpa, un monumento dedicado por el gobierno de Honduras a la memoria del general Morazán.  
El monumento tendría nueve varas de altura, distribuidas así: una gradería de cuatro escalones y de 34 pulgadas: un zócalo o basamento del pedestal, de una vara y 33 pulgadas; una base del fuste de 12 pulgadas; un fuste de una vara y 17 pulgadas; un capitel de 28 pulgadas, y sobre el pedestal, formado por los cuerpos expresados, la estatua ecuestre del general Morazán, de tres varas y 17 pulgadas. La gradería y el fuste, y el zócalo, al interior, serían construidos de cal y canto; la gradería y el zócalo, en su parte exterior, serian de piedra natural del país, picada en forma de granito; la fachada del zócalo llevaría una lápida de mármol de Carrara, con esta inscripción, en letra de relieve, doradas: “a Francisco Morazán: la patria”.
En la parte posterior del zócalo habría otra lápida del mismo mármol, de iguales dimensiones, que llevaría grabadas y doradas estas inscripciones: “al repúblico inmortalizado por la más grande de las ideas: la Unión Nacional de Centro América”. “Al héroe de la Trinidad, de Gualcho, de las Charcas, del Espíritu Santo y de San Pedro Perulapán, que despreció la dictadura para fundar el gobierno de la democracia”. También se especificó en la contrata que se colocaría en mármol de Carrara y de relieve, el Escudo de Armas de la República, y bajo éste se grabaría, en mármol, el Decreto del Gobierno que prevenía la construcción del monumento. En la otra parte lateral del zócalo se grabaría en mármol de Carrara, la inscripción: “Francisco Morazán. Nació en Tegucigalpa, el 3 de octubre de 1792. Murió en San José de Costa Rica, el 15 de septiembre de 1842’.
Se establecía también que la fachada del fuste llevaría, en bajo relieve de bronce, el escudo de la Republica Federal de Centroamérica y que la parte posterior del mismo un simulacro de la “Batalla de la Trinidad”. Noviembre II de 1927”. Las dos partes laterales del fuste llevaría dos festones de laurel en bronce. El articulo 8 de la contrata determinó que la estatua ecuestre de Morazán sería de bronce y la imagen del héroe llevaría un completo informe de General de División, en campaña. También se determinó por el artículo 13, la confección de cuatro estatuas de mármol, representativas o alegóricas a las estaciones del año, y que Durini habría de colocar como adorno en la plaza principal, para dar mayor realce al monumento. Durini se comprometió a colocar el monumento a más tardar el 31 de marzo de 1883, pero transcurrieron dieciseis meses a la fecha de inauguración, tiempo increíblemente corto, tomando la distancia de Europa y Honduras y el medio utilizado de embarque.

Portada del libro “Ediciones de Obras de Principales Artistas”, de la Casa Thiebaut Hermanos, donde aparece registrada la estatua de Morazán, encomendada a fundir por el escultor Morice.
LA FANTASÍA DE NEY: La semejanza entre Morazán y el Mariscal Ney proviene porque ambos sustentaron posiciones políticas divergentes, siendo el uniforme militar la única referencia de cierta analogía. Este es el solo argumento presentado por los creadores de la leyenda, asegurando que el rostro de Morazán no corresponde a los retratos de su época y que el escultor falseó con su atuendo militar.El historiador hondureño Victor Cáceres Lara respondió a estos infundios fantásticos confirmando el parecido físico existente entre la cara de la estatua de Morice y el retrato más conocido de Morazán, lo cual es indicativo de que el artista lo tuvo a la vista para realizar su obra, inobjetada por los hondureños en 1883, entre quienes habían elementos que habían conocido de vista al propio Morazán. El único parecido representativo entre ambas estatuas radica en el bicornio que también adorna la de Ney, localizada en París, en Jardines de Luxemburgo. Los pintores y escultores son libres para crear y pueden realizar las interpretaciones artísticas tomando como límite la belleza, y en la de Morazán plasmaron también sus grandes valores subjetivos. (Tomado del libro “La Estatua de Morazán” de Rafael Leiva Vivas) (NS.).

Firma del escultor Leopold Morice, visible al pie de la estatua de Morazán.
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Fuentes:
1. http://www.elheraldo.hn/Secciones-Principales/Metro/Los-130-anos-de-la-estatua-de-Francisco-Morazan
2. http://nacerenhonduras.com/2009/05/una-farsa-que-estatua-no-sea-de-morazan.html Tomado de La Tribuna del 3 de octubre de 1992.
4. Fotografía inicial cortesía del artista de la fotografía Fuad Azzad Ham quién cedió derechos a Proyecto Website para utilizarla.
5. Nota del reproductor de estas fuentes: Hace pocos años, cuando se realizaban los trabajos de mejora en el parque, la estatua estuvo en depósito en la Alcaldía y se aprovechó para constatar detalles de su autenticidad como los sellos federales existentes en los botones de la chaqueta y otros puntos descritos en el contrato. La estatua es de Morazán.

viernes, 17 de febrero de 2017

...a propósito de Don Cristóbal...




¿Que pasó con los Colón después de 1502?

Por Rolando Zelaya y Ferrera y
Esther Alexandra Garwer

De todos es conocida la gesta de Cristóbal Colón en busca de una ruta hacia las Indias Orientales que fuera más corta. De todos es conocido que firmó las Capitulaciones de Santa Fé, donde se otorgó a Don Cristóbal el cargo de Virrey de las nuevas tierras, el título vitalicio y hereditario de Almirante de todas las "islas y tierras firmes para durante su vida y despues de muerto a sus herederos e successores de uno en otro perpetuamente”. Pero casi nadie sabe lo que pasó con todos los Colón después del cuarto y último viaje realizado entre 1502 y 1504.

El navegante y explorador italiano Cristóbal Colón murió en Valladolid (España) el 20 de Mayo de 1506, a los 55 años de edad, a consecuencia de un ataque cardíaco. Según un estudio, publicado en febrero de 2007 por Antonio Rodríguez Cuartero, del Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Granada, Colón murió de un ataque al corazón causado por el síndrome de Reiter (también conocido como artritis reactiva). Según sus diarios personales y las notas de sus contemporáneos, los síntomas de esta enfermedad (quemazón al orinar, dolor e hinchazón de las rodillas, y conjuntivitis en los ojos) eran claramente visibles en sus últimos tres años. Muere reclamando sus derechos desde la pobreza: los Reyes Católicos habían concedido a Colón un régimen de Derecho privilegiado, personal y transmisible a sus sucesores por vía de mayorazgo -iba directamente al primogénito varón-, así que cuando el Almirante muere, en 1506, su hijo mayor, Diego, reclama los derechos que correspondían a su padre.

El Rey, hábil y astuto como siempre fue Fernando II, se quita de encima a Diego Colón mandándolo de gobernador a la isla de La Española, Diego vuelve a la Corte y continúa presentando memoriales para reclamar sus derechos. A la muerte de Fernando el Católico en 1516, le toca a Carlos I de España lidiar con el problema. En 1520, el emperador reenvía a Diego a La Española, donde vuelve a ser mal recibido, se queda otros tres años y regresa por última vez a España, donde muere en febrero de 1526. Su viuda, María Álvarez de Toledo, continúa la lucha (se llamaba a sí misma “la desdichada Virreina”) en nombre de su hijo Luis. La historia acaba en 1541, una vez que, en nombre de Carlos V, el cardenal Juan García de Loaysa ha “fabricado” dos laudos para resolver el contencioso. Luis, de acuerdo con su madre y sus seis hermanos acepta los siguientes títulos: Duque de Veragua (hoy territorio de Panamá), Marqués de Jamaica, Almirante de la Mar Océano y, años más tarde, Duque de la Vega.

Hernando su hermano en cambio, entre 1509 y 1539 recorrió gran parte de Europa buscando obras impresas y manuscritas para su colección, una biblioteca de corte universal que sirviese de instrumento de trabajo a los estudiosos e investigadores. Nunca se casó y a su muerte el 12 de julio de 1536, dejó dispuesto en su testamento que todos sus libros llevasen una nota a modo de ex libris: «Don Fernando Colón, hijo de Don Cristóbal Colón, primer Almirante que descubrió la India, dejó este libro para uso e provecho de todos sus prójimos, rogad a Dios por él».


En cuanto a Bartolomé, hermano de Don Cristóbal, en 1509 viajó de nuevo a las Antillas en compañía de su sobrino Diego, pero no tardó en retornar a Castilla en donde el regente del reino, el soberano Fernando II de Aragón, le confirmó la posesión de la isla de Mona, próxima a Puerto Rico. Finalmente el adelantado Bartolomé Colón falleció el 14 de agosto de 1514 en la ciudad de Concepción de la isla La Española, dejando como único heredero a su sobrino Diego Colón. Fue enterrado en el convento de San Francisco de Santo Domingo, primer monasterio que esta orden tuvo en la isla.
Fuentes:
1.      Diego-Fernández Sotelo, Rafael (1987). Capitulaciones colombinas (1492-1506). El Colegio de Michoacán. ISBN 9789687230306.
2.      Fernández Herrero, Beatriz (1992). La utopía de América: teoría, leyes, experimentos. Anthropos. ISBN 84-7658-320-6.
3.      Rumeu de Armas, Antonio. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ed. Nueva luz sobre las capitulaciones de Santa Fe. ISBN 9788400059613.
4.      Varela Marcos, Jesús; Montserrat León Guerrero (2003). El Itinerario de Cristóbal Colón (1451-1506). Valladolid: Diputación de Valladolid. ISBN 84-7852-229-8.
5.      Verlinden, Charles; Pérez-Embid, Florentino (2006). Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Ediciones Rialp. ISBN 978-84-321-3585-9.